martes, 7 de setiembre de 2010

Baja el caudal del Amazonas

La semana pasada, el río Amazonas superó su nivel crítico histórico de los últimos 40 años (106,46 metros), al registrar 105,97 metros cúbicos de caudal el mas bajo en ese periodo de tiempo.

Los problemas por el irregular descenso del nivel del río Amazonas se concentran en la ciudad de Iquitos, en Loreto, informó hoy el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi).

Julio Ordóñez, director general de Hidrología del Senamhi, dijo que los ríos amazónicos son empleados principalmente para el transporte y un bajo caudal impide el ingreso de embarcaciones con mercadería y, en consecuencia, se eleva el costo de vida.

RECURSO HÍDRICO
Respecto a la disponibilidad hídrica para la población, señaló que la empresa a cargo del tema se vería en la necesidad de hacer gastos adicionales para asegurar el agua potable y entrar posiblemente a un proceso de racionamiento.

Ordóñez refirió que a pocos días de haber iniciado el año hidrológico 2010-2011 todavía no se observa importantes aportes de precipitaciones que permitieran inducir una recuperación rápida de lo niveles de agua en el Amazonas.

Sostuvo que esperan que las primeras lluvias ayuden a humedecer la cuenca entre setiembre, octubre y noviembre, para luego registrar un período de lluvias intenso desde diciembre hasta abril.

“Si las condiciones comienzan a mejorar en 90 días se sentiría los primeros niveles de recuperación antes de iniciar el proceso de precitaciones intensas”, manifestó.

Como vemos el cambio clímatico está empezando a sentirse en nuestra Amazonía, esperemos que sea temporal.

martes, 22 de junio de 2010

La Selva de los Venenos

Éste es un relato de el escritor peruano Ventura García Calderón, en el cual describe como la selva puede ser a veces un infierno plagado de animales misteriosos y como justamente estos animales en apariencia inofensivos son a veces mortales.

... Ni yo ni el capitán pudimos aceptar con entusiasmo que se interrumpiera la partida de poker cuando habíamos ganado cinco libras y el stout era tan sabroso en la monotonía del mar, a dos días de todo puerto. El juego y la cerveza negra pueden consolar de muchas soledades; pero el oficial no retiraba la mano de la gorra, excusándose:
- I am sorry, sir.

Abajo, cerca de la cala, en el recinto oliente a brea y bacalao, un marinero moribundo hablaba español y pedía gimiendo que buscaran un interprete en el barco. Por eso el joven oficial se había atrevido a subir hasta el camarote del capitán en que jugábamos. Le seguí malhumorado, por escaleras de caracol, hediondas y pegajosas, atravesando corredores en que silbaban ingleses bajo los balde de la ducha o zapateaba lúbricamente un negro tinto.
- Aquí es - murmuró el oficial cuando llegamos a la recamara en cuya puerta jugaban dos grumetes a los dados.

Era un camarote obscuro, con ese olor peculiar de las cámaras bajas, que puede dar el vértigo: olor de aceite, brea salada y tabaco inglés. En el camarote, apenas alumbrado por la portilla, reposaba un enfermo sobre el colgante lecho de lona. Cuando saludé en español se irguió en vilo un perfil amarillento; dos manos titubearon para coger la mía. Estaban sudorosas y temblaban.
- Señor… - balbuceó el enfermo en voz de lágrimas.

Pero cuando supo que yo era también peruano, su alegría pareció delirante. Y como no había podido hablar en quince días, como era necesario que contara antes de morir a un ser viviente la congoja de su vida narrada; me retuvo de la mano para que no escapara; y yo sé apenas traducir la fiebre de su monólogo:

- Sí, señor… soy del Callao… Que el señor no se vaya y me perdone. Me moriré y no le molestaré más; pero antes prométame que llevará esta sortija a mi madre, y este retrato del chiquillo, y este paquete cerrado. Le voy a cansar, señor, dispensa… Muchas gracias… ¿Por qué me fui a Iquitos? A hacer fortuna, como tantos. No vaya, señor, nunca, nunca. ¿El señor no conoce la selva virgen? ¡Ah, sí, ya le han hablado de ese infierno! La primera vez, cuando las gentes llegan allí de noche, se enloquecen y empiezan a echar espuma por la boca, gritando que los lleven río abajo. ¡Si se pudiera dormir siquiera en el campamento! Pero todo grita, todo canta, todo se queja, señor. Las fieras no son lo más perjúdico ni los silbidos de la serpiente de cascabel, que espanta hasta a los indios cuando viene de pie como una persona dando chicotazos al tronco de los cauchos. Peor son los monos y los loros, que se ponen a ver pasar a la gente para rascarse y burlarse. Parece que taladra los oídos la carcajada de los papagayos y un tiro de fusil resulta inútil. Agarré y me levanté en la noche para gastarme algunos cartuchos, pero es malo mirar la selva bajo la luna. Nadie sabe todas las cosas que vuelan, todos los pasos que se pierden con el crujido de la muerte en los caminos. ¡Eso sí, qué olor delicioso, señor, un olor que no se olvida! Por respirarlo otra vez, volvería… En la mañana quise ya salir a trabajar en el caucho cuando quién te dice que don Cristóbal el brasilero nos llama para decirnos: “Ya vienen las hormigas.” Unas hormigas gordas como el dedo pulgar, millones de hormigas, un mar moreno que avanzaba por un claro de la selva. Los peones cogieron algunas para tostarlas y comérselas… No crea, señor, son cosa rica… pero antes de huir, una víbora aterrada mordió en la mano al patrón, al brasilero. ¡Qué atrocidad! Tuvimos que vaciar las balas de escopeta para rociarle la mordedura de pólvora. Prendimos fuego y estalló el pedazo de carne. ¡Lo habíamos salvado…! Aquella excursión llevándolo en unas andas de ramas cubiertas con nuestros ponchos… ¡No le digo nada! Al pasar bajo la cima de los cedros, los monos tiraban ramas podridas y los papagayos parecían estar anunciando a la selva entera nuestro paso. Cuando volaban juntos no se les podía mirar, como al sol, porque nos cegaba la color. No se veía nada en la selva obscura, pero caían flechas como lluvia. Parece que vienen del cielo y se queda un cristiano atravesado de arriba abajo. ¡Paf! Sin confesión, lo mismo que si lo clavaran en el suelo para espantapájaros. El cauchero nos gritaba en portugués que disparáramos; pero, ¿a dónde, señor, si todo estaba lleno de ruidos?... ¡Y de silencio peor que el ruido, ¡mamita!, porque se espera temblando lo que va a pasar: un rugido, una flecha, qué sé yo! Un peón enfermó de beri-beri (es como terciana, señor, una fiebre que tiemblan las quijadas y se mueren los hombres como moscas); un peón, como le estaba diciendo, empezó a dar grandes gritos y se metió de un salto en un charco de agua. No salio más.
Tuvimos que amenazar con el revólver a los otros que se querían meter también a la charca llena de caimanes. Se nos había acabado la quinina; pero lo estoy cansando, señor; y si a mano viene me quedo en una tribu campa porque no le dije que me enredé con una india de buena cara que me parió un indiecito.
Mire, señor, en la fotografía, cómo se parece el pobre ñaño… No estábamos juntos ese día, pero ella me ayudaba cada mañana a zanjar, con el machete, los árboles de caucho. Después, por la tarde, pasábamos a recoger los vasos en que ha goteado la resina todo el día… ¿El señor no oyó hablar jamás de la chicharra machacui? Una mariposa que es una víbora. Sí, ¿qué le parece? Una cosa tan linda, una florecita que vuela, cuando a la hora de la hora viene volando, se tropieza con uno y le clava el aguijón, que tiene ponzoña. No sale por las tardes porque le diré que es medio cegatona. Cuando empieza a refrescar, sale de su covacha como los murciélagos. Donde ve luz, allá se va. Y como era casi de noche, mi indiecita estaba con el niño recogiendo los vasos de caucho y había encendido su linterna. Llegó, como le decía, la chicharra machacui, y el niño se puso a dar grandes alaridos; pero yo no comprendía nada. Sólo ella, conociendo estos bichos, vio el bracito mojado de sangre.
La madre agarró y miró a todos lados como si buscara amparo de la Virgen Santísima. ¡Ah, señor, sólo una india es capaz de hacer cosa semejante! En dos por tres se arrodilló en tierra, afiló el machete y, ¡tras!, le cortó el brazo hasta el codo. ¡Como si me lo hubieran cortado a mí, señor! Se oyó tan lejos el grito y los llantos que hasta el bosque pareció callarse, y yo estaba loco de atar.
¿Se figura? La madre amarraba el muñón con un pedazo de la camisa y corría, sin gemir, en dirección al campamento, donde el patrón, que era algo médico, podía quizás curar al niño; corría por la selva nocturna llena de luciérnagas y de rugidos y del sonido más terrible de la serpiente de cascabel. Durante una hora estuvo corriendo. Yo iba detrás con el fusil listo para los tigres. Cayó al fin muerta de mal de corazón; y el niño se me murió allí, gimiendo, en la selva endemoniada… Se quedó lelito bajo un árbol de caucho, blanco como el papel.
Entonces, de un salto, bajó de la sombra el tigre que había estado siguiéndonos y se llevó, señor, al muertecito, para comérselo… Yo no sé cómo pude escapar a Manaos; y allí me enganché de marinero para volver a la patria… "Era una mariposa bonita, señor, una mariposa que tenía veneno. Dígame si es justo, por la santa caridad, que así se me llevaran a mi angelito. Era una mariposa de todos los colores, una mariposa linda…"

Estrujaron la mía sus manos sudorosas; y aquel hombre sencillo murió repitiendo el nombre de la chicharra machacui. Cuando pude separar de sus dedos el saco impermeable hallé dentro, resecado y moreno, el brazo del hijo muerto.
------------

¿La Chicharra Machacui existe? ¿Puede causar la muerte?
Existe en la Selva amazónica..., es muy difícil encontrarse con una de ellas, pero existen...

"Chicharra Machacui"

Es un Insecto articulado , que respira por las traqueas, de Trompa larga, aparentemente ciego y dócil en el dia.
Existe la creencia que, su picadura a travez de un aguijón al finalizar su abdomen es venenosa y hasta mortal.

Shiringero.

miércoles, 16 de junio de 2010

La fuerza de la Yacumama


Ese domingo, como todos los domingos de la semana Maya y su mamá iban de visita llevando víveres a la casa de la abuelita Shemy, allá en la selva del Masisea, por el bajo Ucayali, en la amazonía peruana; para llegar a la casa de Shemy tenian que remar con canoa, pasar una quebrada que era el ingreso a una cocha (laguna de la selva), en cuya orilla se encontraba la casa de la abuelita.

Ese día llegaron atrasadas, pasado el mediodía, acomodaron la canoa y se quedaron a almorzar y por la tarde se entretuvieron conversando hasta las 4 de la tarde, en la que debían regresar a casa, para eso ya la abuela Shamy había servido y les invitó un poco de café caliente para que pudieran retornar tranquilas al pueblo.


Se disponían a tomar el café y en eso se desata una gran tormenta con relámpagos, truenos y abundante lluvia, de esas lluvias que sólo en la selva se dan...


Tuvieron que esperar a que pase la tormenta ya que en esas condiciones surcar el río es demasiado peligroso, para ese entonces las horas pasaban y no había cuando termine la tormenta, serían como las 7 de la noche, todo estaba oscuro, solo tenían la luz de la 'alcuza' (una especie de lamparita con los que se alumbran los habitantes de la selva que carecen de luz eléctrica), pasado algún tiempo se escuchó un tremendo estruendo que los paralizó del miedo -nunca antes habían escuchado algo parecido- ¿pero que sonido era ese? era como que si algo se deslizara, como cuando se produce el derribo de los árboles de la selva, como una especie de huayco, una grúa tal vez, era un sonido que en aquellos lugares no solían ocurrir, ...ante eso una vez que pasó el ruido, se les fueron las ganas de regresar, además ya era de noche, la lluvia estaba pasando y la abuelita Shemy les dijo que lo mejor era dormir y esperar que amanezca para poder retornar al pueblo, las dos asintieron y se quedaron.

Al día siguiente despertaron mucho mas aliviadas tomaron el desayuno y se aprestaban a salir, la abuelita fué la que salió primero de la casa, apenas abrió la puerta se quedo estupefacta y lanzó un grito, ante esto la mamá y Maya salieron apuradas a ver que pasaba cuando igualmente quedaron ensimismadas ¿que había pasado? era lo mas incomprensible por mente humana alguna, la entrada a la cocha ya no existía, en su lugar estaban árboles y floresta a medio colocar ¡la entrada habia cambiado de lugar estaba en el lado opuesto de la entrada original! en ese momento comprendieron que la que había cambiado el lugar de los árboles y originado una nueva a la cocha era la legendaria y tantas veces nombrada "YACUMAMA".

Pero... ¿Que es la Yacumama? la Yacumama según los relatos de los que viven en la amazonía, es la boa gigante, la madre del agua, la madre de las cochas (tipishcas o lagunas), en los lugares donde ellas habitan abundan los peces y el agua (Yacu=Agua, mama=madre) los naturales pueden pescar y disfrutar de las aguas y cuando parte, cuando se va, la cocha se seca.
Su enorme tamaño es capaz de arrastrar consigo los aguajales o arrancar de raíz los árboles que crecen en las orillas de las quebradas.

Sin embargo el mito no esta lejos de la realidad, han habido casos de encuentros con las anacondas gigantes, mejor dicho yacumamas, como se pueden ver en las imágenes...

Foto tomada en la selva del Brasil






Recreaciones:


Dibujo representando a una boa gigante


Foto recreando a la Yacumama


Escrito por 'Shiringero'

domingo, 6 de junio de 2010

Bagua: Un año del "baguazo"


Ayer 5 de junio se cumplió un año del 'Baguazo’, en el que perdieron la vida 34 peruanos, no hay nada que celebrar y sí mucho que lamentar.

No solo no hay un solo responsable sancionado por la ley, sino que los procesos judiciales marchan a paso de tortuga. En instancias ajenas a los fueros jurisdiccionales hubo varias investigaciones que arrojaron sendos y variopintos documentos: cuatro informes en el Congreso; dos informes, uno en mayoría y otro en minoría, en la Comisión Bagua impulsada por la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), y una discreta investigación policial.

De todos estos documentos, el presentado, en minoría, por el legislador Guido Lombardi –quien presidió la comisión investigadora del 'Baguazo’ en el Parlamento– estableció responsabilidades en el Ejecutivo, el Congreso, la Policía y los propios dirigentes indígenas.


BUSCANDO CAUSAS. “¿Por qué pasó esto?”, se preguntó ayer Lombardi. Y respondió: “El presidente (Alan García) tuvo una posición, más que firme, un poco despectiva. El Congreso de la República actuó pésimamente. El 4 de junio se negó a tomar una decisión que pudo haber cambiado el curso de las cosas. Hubo una absoluta incapacidad y corrupción de la Policía y del Poder Judicial, que inicia el proceso contra la tranquilidad pública cuando la carretera estaba tomada por 50 días”.
Sobre la entonces ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, y la condecoración que le entregó la Policía luego del 'Baguazo’, Lombardi la calificó de “bochornosa” (la medalla). “Yo tengo verdadero respeto por Cabanillas, y creo que no es digno de ella mantener ese reconocimiento después de haber condecorado a (Elías) Muguruza y a (Javier) Uribe, los responsables de la tragedia desde la Policía”, subrayó.

Por el lado indígena, el presidente de Aidesep, Alberto Pizango, ha dejado su exilio en Nicaragua luego de presuntas negociaciones con el Gobierno peruano para retornar al país.

JUICIOS QUE NO MARCHAN. Y en tanto ello ocurre, hay cinco procesos penales en los juzgados de Bagua y de Utcubamba (Amazonas), cuatro de ellos contra los indígenas que participaron en las acciones de la 'Curva del Diablo’ y en la masacre de 12 policías en la Estación 6. En total, hay 82 procesados. En el otro, varios efectivos policiales están encausados. Pero ninguno avanza. Por ejemplo, en el caso de Asterio Pujupat –por la desaparición del mayor Bazán–, la sala que lo juzga no encuentra intérprete, y en el caso de la Estación 6, la instrucción ha sido ampliada por 60 días más porque faltan realizar 174 diligencias.

Fuente: Peru21.pe

jueves, 27 de mayo de 2010

Q'orianka apoya a los caídos en Bagua

Fuente: RPP.com.pe del jueves 27 de mayo 2010.

"Mi corazón comparte el sentimiento con todas las familias que perdieron a alguien. Fue un día muy triste porque entre hermanos nos estuvimos matando", dijo.

La actriz Q'orianka Quilcher, quien llegó a nuestro país junto al líder indígena Alberto Pizango, no deja de mostrar su molestia por el proceso que se le sigue al referido personaje por los violentos sucesos ocurridos en Bagua (Amazonas), en junio pasado, que culminó con la muerte de 34 personas, entre civiles y policías.

"Mi corazón está afectado y comparte el sentimiento con todas las familias que han perdido alguien ese día (del "Baguazo"). Fue un día muy triste porque entre hermanos peruanos nos estuvimos matando", señaló la recordada "Pocahontas" en declaraciones a RPP.

miércoles, 26 de mayo de 2010

Alberto Pizango detenido en el aeropuerto de Lima

.

Fuente: Publicación de Perú21.pe

El líder indígena llegó de Nicaragua junto a la actriz Qorianka Kilcher. La Policía lo internivo en el aeropuerto por el ‘Baguazo’.

El líder indígena Alberto Pizango, asilado desde junio del año pasado en Nicaragua, pisó suelo peruano cerca de las 15:30 horas y poco después fue detenido por agentes de la Policía en el aeropuerto Jorge Chávez, en virtud de la orden de captura en su contra por las violentas protestas en Bagua, en las que murieron 33 personas.

Pizango arribó a Lima junto a la presidenta encargada de de la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep), Daisy Zapata, y la actriz alemana de ascendencia peruana, Qorianka Kilcher, en un vuelo comercial procedente de Managua.

El líder indígena es acusado de sedición, conspiración y rebelión. Busca retomar en Lima la presidencia Aidesep, con la esperanza de que las autoridades cambien la orden de detención en su contra por una de comparecencia. Pizango partió de Managua esta mañana en un vuelo comercial. Hizo una escala previa en Ciudad de Panamá.

Por la mañana, el canciller José Antonio García Belaúnde recordó que Pizango “tiene demandas judiciales y tendrá que responder como cualquier cuidadano peruano” al tiempo que rechazó comentarios del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, sobre que el líder indígena corre peligro en Perú.

Veremos que pasa...

jueves, 6 de mayo de 2010

El Yacuruna


Juan se sentía muy enfermo, angustiado, con dolores en el pecho, le faltaban las fuerzas, había acudido a varios médicos del pueblo, uno más prestigioso que otro, pero médicos al fin, que le recomendaron ir a la capital de la región y hacerse un exhaustivo análisis, hasta que recomendado por un amigo acudió a un curandero, los curanderos en la selva son personas fuera de lo común con creencias y prácticas que los distinguen de las demás personas, puede que algunas veces fallen, y otras no, pero es innegable que algún conocimiento de las plantas, de seres extraños y de la psicología humana tienen…

Aquella mañana en ayunas Juan acudió al Curandero del pueblo llamado “Yuraq” que en quechua significa “blanco” (los selváticos han adoptado muchas palabras quechuas a su vocabulario), ‘Yuraq’ se tomó su tiempo para auscultarlo, para luego llegar a la conclusión de que su mal era el “mal del espíritu” un mal que produce mucha ansiedad, con falta de aire en el pecho y que quita todas las fuerzas a la persona hasta prostrarlos en cama, para eso ‘Yuraq’ le dijo que era necesario invocar al ‘Yacuruna’ (hombre del agua en quechua), para poder curarse, ‘necesitaremos esperar la medianoche y preparar el ayahuasca y entrar en contacto con el’, Juan al no tener alternativa aceptó, y vió como ‘Yuraq’ preparaba el ayahuasca (la madre de las plantas, planta maestra de los chamanes de la selva), recogida en luna llena y en ayunas, la soga chancada la mezcló con ‘chacruna’ y ‘toé’ (otras plantas de la amazonía) y las hizo hervir en una gran cantidad de agua, estuvo hirviendo varias horas hasta más o menos las 11 de la noche, como resultado de la cocción solo quedaron dos litros de un líquido viscoso y de color rojizo ocre, ‘Yuraq’ le dijo: ‘esta es la esencia del ayahuasca la planta que tiene poder, enseña y guía, te da lo que tiene que darte, te enseña lo que tiene que enseñarte, y te cura lo que tiene que curarte’.

Shamán selvático

La vivienda del curandero ‘Yuraq’ quedaba en un lugar muy apartado del pueblo en donde la oscuridad de la noche es total y la única luz que existe es la de la vela de su casa.

A medianoche salieron afuera a una tarima de madera al aire libre, empezó el ritual ‘Yuraq’ cantando los ‘Icaros’ (cánticos chamánicos de la amazonía) y en eso empezó una lluvia torrencial, Yuraq con un recipiente le ofreció a Juan el Ayahuasca, quién se lo bebió todo a pesar del sabor agrio y amargo, no habrían pasado más de 20 segundos y resonaron en el cielo unos truenos sobrenaturales con relámpagos que convertían la noche en día, en eso Juan sintió una fuerza sobrenatural como un viento de esos que sólo en las lluvias torrenciales se dan, y un ruido espantoso lo estremeció, vió como se aparecía un lagarto negro de grandes dimensiones y en la oscuridad de la noche y entre los destellos de los relámpagos distinguió a un ser sobrenatural sentado en el lagarto, era una figura humana demasiado alto y contextura atlética que llevaba como collar y en la cintura una gran anaconda adornado con caparazones de tortuga por los costados, no pudo verle los ojos cuando en eso cayó en trance y sintió que viajaba con el viento.

Dibujo representando al 'Yacuruna'

Se vió cuando era un niño allá en su pueblito natal reconoció a las personas que en ese entonces conoció, pudo ver el rostro de su padre ya fallecido y hasta conversó con él y nuevamente recorrió las ciudades lejanas que alguna vez había conocido por necesidades de trabajo en el transcurrir de su vida, para él habría pasado mucho tiempo varias horas, cuando en eso llegó hasta un campo muy verde con un pequeño riachuelo, estaba recostado por entre las plantas cuando sintió la mano de ‘Yuraq’ en el hombro, no supo si había dormido o había hecho un viaje espiritual, ‘con el canto y las invocaciones el espíritu del Yacuruna vino a mí, y me confirmó y estoy seguro que el Ayahuasca era el remedio adecuado para tu mal’ le dijo Yuraq, ¡pero yo he viajado por varios lugares! ¡He vuelto a mi niñéz! ¡Además vi a un ser encima de un lagarto negro!, arguyó Juan, ‘es el Yacuruna al que viste, el ayudó a que te recuperaras de tu mal, es el hombre del agua’, ‘no nos hace daño mientras no despertemos su ira, porque es un ser que puede hacer el bien así como el mal, tranquilízate’, ¿pero tú también lo viste? preguntó Juan, ‘no, yo solo sentí su presencia espiritualmente’ le respondió el curandero, Juan se sintió raro no sabía si lo que vió fue obra del Ayahuasca o del Yacuruna, lo que si se sabe es que su recuperación fue muy rápida.

Dibujo estilizado del 'Yacuruna'


Representación del 'Yacuruna'

El “Yacuruna” es un ser mágico que habita en los ríos de la selva, es el espíritu mágico más importante de la selva baja, tiene poder sobre todos los animales y genios del agua, suele ser invocado por los chamanes y curanderos, en las sesiones de ayahuasca, tanto para hacer el bien como para hacer el mal, dicen los que lo han visto que se adorna con caparazones de tortuga, con cinturones y collares de boas negras y anda rodeado de Anacondas, montado en un enorme lagarto negro.

'Yacuruna' Tallado en madera

Son similares a los 'tsunki' o 'tsungi' de otros mitos.


Anaconda Amazónica


Lagarto negro de la Amazonía

Más adelante escribiremos en detalle sobre el 'Ayahuasca'.

Relato escrito por: Shiringero.

lunes, 3 de mayo de 2010

El Ayaymama


Durante un viaje hacia el pueblo de Orellana del distrito de Amazonas, en Loreto, para cumplir con una misión de trabajo Carlos tuvo que parar en un pueblito a mitad del trayecto, ya que el bote en que navegaba habia sufrido una avería, y por el tiempo insumido en arreglarlo les alcanzó la noche antes de llegar al destino, le acompañaban dos personas, el práctico que manejaba la nave y un ayudante que como él venía de la ciudad de Iquitos, era un pueblo pequeño y gracias a la buena voluntad de los lugareños consiguieron hospedarse en una pequeña ramada, al poco tiempo de estar en tierra los mosquitos y zancudos comenzaron a incomodar a los viajeros con sus picaduras, y no tuvieron mas remedio que cobijarse dentro de la construcción de madera apoyados y cubiertos por dos mosquiteros, sin poder conciliar el sueño por la cantidad de sonidos de insectos y aves nocturnas pasaban las horas en vela. Se escuchaba el chirriar de la chicharra, algunos silbidos producidos posiblemente por murciélagos que por esa zona abundaban, hasta que muy entrada la noche escucharon un canto lastimero como si un niño o niña llorara, ...una vez se escuchaba cerca y otra lejana, a Carlos le conmovió y se puso a escuchar el triste canto con mayor atención hasta que pudo distingir que en medio del llanto alguien decía "ayaymama, ayaymama", "ayaymama, ayaymama", muy sorprendido preguntó al práctico de que se trataba eso y que raro animal era capaz de emitir tan singular sonido o llanto, y lo que el práctico dijo: es el Ayayamama, un ave que sale por las noches y busca a su mamá, y le narró que una madre en tiempos muy lejanos en un pueblo alejado en medio de la selva tuvo que dejar a sus dos niños (varón y mujer) en una pequeña quebrada en donde abundaban las frutas, el agua y los peces, para salvarlos, por que una rara epidemia habia empezado a diezmar a los pocos habitantes de aquél pueblito y ella empezaba a sentir los síntomas inequívocos de la enfermedad, los niños se quedaron jugando pero al pasar el tiempo se dieron cuenta que estaban solos y sintieron la falta de la presencia materna y se pusieron a buscarla en la noche perdiéndose en la espesura del monte, sintiéndose vencidos se pusieron a llorar desconsoladamente, en su llanto se decían: "ay como no somos aves para poder volar donde mamá, ay mamá...!", en eso el espíritu del monte conmovido por el llanto de los niños los convirtió en avecillas, y ellos volaron, pero cuando llegaron a su pueblo vieron que ya nadie vivía, todos habían muerto. Desde entonces no dejan de volar por las noches, y cuando se posan en lo alto de un árbol, cansados de buscar a su madre, hacen oír su canto lastimero "ayaymamá... ayaymamá...", Carlos conmovido por el relato seguía escuchando el triste canto del ave y se sumió en una profunda pena...

En realidad el Ayaymama existe, es un ave cuyo nombre científico es 'Nyctibus grisens', es un ave nocturna de la Amazonía, durante el día duerme en los troncos secos de los árboles, mimetizada de acuerdo al color de éstos...

Ayaymama en el tronco de un árbol

Su canto se asemeja al llanto de un niño, que dice ¡Ay ay mamá!... y esa es su triste historia...

Ayaymama

Relato escrito por: Shiringero.

sábado, 24 de abril de 2010

El Tunchi


Valentín era un selvático de esos que ya no creían en los mitos de la selva, era uno de los que andaban en busca de alevinos de paiche para venderlos a los acuarios de Iquitos, estos alevinos eran y aún hoy son muy bien apreciados y cotizados por los comerciantes, eso hacía que Valentín se aventurara a lo más profundo del monte ahí donde se encuentran las cochas o lagunas, hábitat del paiche, se cuenta que una vez se adentró al monte en busca de los alevinos del paiche, para llegar a la cocha son dos días de camino, pronto empezó a oscurecer y tuvo que dormir en la espesura del monte en una casita abandonada hecha de pona, una madera común, a las 7 de la noche en medio de la selva la oscuridad es tan profunda que no se puede ver ni a un metro de distancia, no se ve nada, se acomodó en el suelo de madera sacó de su mochila una especie de colcha y se cobijó para esperar la mañana, habrá sido cerca de la medianoche cuando oyó un silbido lejano, como el de un caminante despreocupado y con una melodía extraña, el sonido poco a poco se hacía más cercano, tanto que parecía se estaba dirigiendo a la casita donde se encontraba, de pronto sintió un aire gélido, la temperatura en la selva en la noche es de 28 grados más o menos, sintió un cambio de temperatura radical que en ese momento sintió miedo, quiso salir corriendo, pero sabía que no podía, por qué en tanta oscuridad no llegaría a ninguna parte, en ese momento se encomendó a todos los santos, cuando sintió que el ‘ente’ pasaba delante de la casita, lo sintió tan real que casi parecía un ser humano, sin embargo sabía que no era así, el había oído hablar del ‘Tunchi’, se había burlado de la gente que contaba que era un alma maligna, se le conoce también como ‘el maligno’, sin embargo tal vez porque se había encomendado a los santos esto lo habría salvado, a partir de esa experiencia dejó de burlarse de las personas y a tener cuidado con los seres extraños que habitan en lo más profundo de la selva.

El 'Tunchi' vaga por las noches oscuras de la selva, como alma en pena, unos dicen que es un ave, otros que es un brujo o un espíritu del mal que goza aterrorizando a la gente. Pero nadie lo ha visto, y todos lo reconocen con temor cuando en plena oscuridad lanza al aire un silbido penetrante, que por instantes se pierde en el monte a lo lejos, pero vuelve a silbar ya sobre el techo de una casa o a la orilla del río. Todo es tan rápido que la gente solo atina a persignarse o rezar, porque existe la creencia de que cuando silva con insistencia, por los alrededores de un pueblo, anuncia malos presagios y cuando lo hace sobre una casa, enfermedad o muerte.

Sobre el Tunchi, entrada de la laguna de Quistococha en Iquitos


Escrito por Shiringero.